Lectura: Santiago 1:22-27

Ser entrenador de futbol infantil debe ser una de las ocupaciones donde se prueba más la paciencia de una persona.

Esta escena se repite muchas veces en los entrenamientos y partidos de los pequeños y pequeñas: ustedes 4 ubíquense en zona defensiva, ustedes 2 como volantes de llegada, ustedes 2 en el medio y ustedes 2 en la delantera y el portero por supuesto a la portería. Recuerden sus posiciones.  Cuando empieza el partido, todos, y cuando digo TODOS salen detrás del balón, ninguno recuerda las instrucciones, el entrenador les dice que vuelvan a sus posiciones que recuerden los entrenamientos, que necesitamos ser un equipo, que tienen instrucciones, pero luego de un rato, se cansa de decirles que necesitan recordar y se enfoca en alentarlos a meter un gol y que no les hagan un gol en contra.

Como en muchas otras áreas de la vida, estos pequeños jugadores demostraron ser oidores, pero no hacedores, a pesar de que el entrenador les recordó una y otra vez a los jugadores que hacer.  Una y otra vez, ellos hicieron algo diferente.

Hay cierta tendencia en todos nosotros a hacer esto.  Dios nos ha dicho lo que espera de nosotros.  Por ejemplo, en Santiago 1:13-16 se nos dice que la tentación puede conducir al pecado y a sus consecuencias.  No, obstante, ¿cuántas veces ignoramos esta advertencia?

Santiago nos dice que si somos hacedores seremos “bendecidos” en lo que hacemos (Santiago 1:25).  Esta es una razón lo bastante buena para ser hacedores de la Palabra y no tan sólo oidores”.

  1. El camino a la obediencia es el camino a la bendición.
  1. Seamos hacedores de Su Palabra, en lugar de ser tan ser tan solamente oidores (Sant.1:22)

NPD/JDB

Nota: Imágenes sólo con fines ilustrativos